A miña última descuberta neste sentido tivo lugar hai uns escasos días: trátase dun par de pregos de papel dos que circulaban polas feiras doutrora, portadores de versos que nalgún momento estiveron en boca dese cego de sempre, poeta e actor, sacerdote da relixión dos camiños, tanxedor de zanfoña e violín. Folga dicer que sempre me atraeu a figura do cego e as súas millentas ramificacións. Por iso aqueles papeis tremeron cunha estraña inercia cando os tiven por vez primeira nas mans.
O primeiro prego (o que vos oferezo hoxe aquí) contén o típico romance que narra un crime violento e antolóxico, neste caso obra dun tal Arturo Ulloa. Sabemos algo disto na Chaira, onde aínda nos estremecemos cada vez que alguén lembra os horríbeis sucesos da Légoa Dreita. Non me deu tempo a investigar o máis mínimo sobre o tal Arturo Ulloa, co cal descoñezo quen foi tal personaxe, así como a época na que cometeu as súas atrocidades. Mais a autenticidade deste romance tosco, brutal, cheo de imperfeccións na medida dos versos e de repeticións case rituais de certas palabras, chega e sobra para gozalo como o que é: unha mostra palpitante dunha antropoloxía e duns xeitos de comunicación que primaron até hai dous días.
Vai logo o romance:
HORRIBLE CRIMEN cometido en un pueblo de Alicante por el joven Arturo Ulloa , que mató a una hermosa muchacha despues de violarla dando muerte tambien á la madre de aquella y a un hermanito cuyo hecho tuvo lugar en el mes de marzo del corriente año.
primera parte
El crimen más espantoso
que se conoce en la historia
es el que ha cometido
el jóven Arturo Ulloa.
Un jóven infame y vil,
intrigante y muy vicioso,
constantes grescas armaba
echándose de buen mozo.
Estaba loco de amor
por Elvira Santa Rosa
y ella no lo podia ver
por su vida licenciosa.
En vista de sus desdenes
su perverso corazón
busco el medio de venganza
sin piedad ni compasión.
Rondaba de dia y de noche
el domicilio de Elvira
sin que ella comprendiese
el intento que el tenía.
Estaba la hermosa jóven
en su estancia, solitaria,
cuando entró el vil asesino
subiendo por la ventana.
Ella quedó horrorizada,
ella quedó sin acion
y el criminal se ayudo
de su triste situación,
Ella gritaba ¡socorro!
y el decía: ya eres mía.
¡Amparadme! ella gritaba,
¡Amparadme! madre mia.
Al estar la pobre Elvira
en tan fatal situación
entran la madre y el niño
en aquella habitación.
Al entrar vieron al hombre
que tanto horror le tenia
y empujándole con fuerza
¡a fuera, a fuera! decian.
Déjala por compasión
dice la madre aflijida,
¡infame sin corazón!
deja a mi hija querida
Pero aquel hombre cruel
esos ruegos no escuchó
y en presencia de su madre
a Elvirita deshonró.
La pobre niña decia
dejame monstruo infernal,
clava en mí pecho el puñal
que me librará de tí.
Va a dirigir el puñal
hacia la madre y el niño
y Elvirita le decía:
criminal, infame, impio.
No mates a mi hermanita
ni a mi madre idolatrada,
mátame solita a mi
que espero seré vengada.
Pero aquel tigre, aquel fiera,
sin piedad ni compasión
clavó a la niña el puñal
en mitad del corazón.
Después mató a la madre,
en seguida mató al niño,
huyendo a un monte cercano
en donde estuvo escondido.
Toda la Guardia civil,
al asesino buscó
y por más que trabajaron
el punto no se encontro.
segunda parte
Fué a una aldea cercana
lleno de hambre y miseria
y despues que comió bien,
dió muerte a la tabernera
Le robo cinco mil reales
y un caballo que tenia
y al momento se fué otra vez
antes que saliera el dia.
Dos niños que al monte fueron
su rebaño a apacentar
al ver aquel hombre fiera
empezaron a gritar.
El criminal en seguida
por el cuello les cogió
y sin escuchar sus ruegos
a los dos estrangulo.
Otra hermosa jovencita
que estaba cogiendo leña
la sorprendio el criminal
avalanzándose a ella.
Trató de ofender su honor
pero ella con mano airada
al criminal atrevido
le pego una bofetada,
Y peleo la infeliz
hasta que al fin se rindió
y terminadas sus fuerzas
dosmayada se quedo.
Al verla en aquel estado
aquella horrible fiera
sin piedad ni compasión
ha violado a la doncella
Y no contento con esto
los dos pechos le cortó
y cogiendola del pelo
por el monte la arrastró.
Ella dice por piedad
acaba mi triste vida
y el le clavó el corazón
dejandola allí tendida.
Un muchacho que escondido
presencio el hecho fatal
fué avisar a la justicia
que alli estaba el criminal.
Y al punto lo persiguieron
y muy pronto lo encontraron
le pusieron las esposas
y fuertemente lo ataron
La gente toda del pueblo
quiere ver al criminal
pidiendo a gritos la muerte
de aquella fiera infernal
Lo metieron en la carcel
en humedo calabozo
y el aparece tranquilo
y descansa con reposo
Dos veces quiso escapar
de aquella lóbrega estancia
y dos veces lo sorprendió
el jefe de vigilancia
Salió sentenciado a muerte
y mil vidas que tuviera
mil vidas le quitarian
a aquella terrible fiera.
Dentro de muy pocos días
en la horca morira
y aquel monstruo infame y fiero
más víctimas ya no hará.
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