Aproveitando a nosa cita anual coa Carballeira de Zas, a pasada fin de semana achegámonos a unha das praias máis auténticas e espectaculares da Costa da Morte como é a de Soesto, en Laxe, nas marxes do que foi noutrora a vella Terra de Soneira. Aquela praia escasamente domesticada lembroume outra que dista uns escasos quilómetros dela e que constitúe, como ben saben os que me coñecen, unha das miñas debilidades. Refírome á praia de Traba, e á freguesía de Santiago de Traba en xeral, un espazo que para min está dotado de resonancias pouco menos que míticas. E conectando Soesto con Traba véuseme á cabeza un fragmento brutal das Memorias del Arzobispado de Santiago que deixou escritas o arcebispo Frei Jerónimo del Hoyo en 1607 e que regresa obsesivamente ao meu maxín cada vez que poño o pé naqueles areais, arrasados noutrora polos piratas e as totémicas serpes...
En esta felegresía sucedió un caso raro y fué que un soldado escocés llegó a la custodia a rovar la caxa de plata en que pensaba estaba el Santísimo Sacramento y alló que no la había, que el Santísimo Sacramento estava en un tafetán azul y el soldado consumió el Santísimo Sacramento y el tafetán se lo metió en el seno y en acavándose de consumirse reventó por una igar y raviando como un perro, sobre los codos y rodellas, salió de la iglesia y espiró y luego los feligreses le echaron en un hoyo y cubrieron de piedras. Rayeron donde había reventado y echaron mucha cal y era tan grande el hedor que en dos meses no se pudo decir misa en la iglesia y aun después por tiempo de dos años quando habia mucha humedad solía salir aquel mal hedor. Desto hice información en la visita que hiçe en la dicha iglesia.
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